A cargo de Alan Talgham..
Posgrado en Clínica con Niños y Adolescentes. Mes de diciembre. Jueves de 20 a 21.30 hs., del 28/11 al 19/12.

Fundamentos:

El sueño es, incuestionablemente, uno de los elementos inaugurales del psicoanálisis. La publicación de la Traumdeutung freudiana se produce en los albores del siglo XX y signa sus inicios con su sesgo particular. Es a partir del análisis de los sueños que Freud encuentra la vía regia al inconsciente. Sin embargo, podemos plantear que el psicoanálisis es una praxis orientada por lo que despierta. Lo que despierta es, en todo caso, lo real. “Basta remitirse al trazado de esta experiencia desde sus primeros pasos para ver, al contrario, que no permite para nada conformarse con un aforismo como la vida es sueño.”  (Lacan, J. Problemas cruciales para el psicoanálisis, p. 61). Lo que despierta es, ante todo, lo que no tiene sentido. El sentido sería, desde esta perspectiva, adormecedor. Sin embargo, es sobre el fondo del sentido que este problema se constituye.

Uno de los puntos clave de la articulación lacaniana sobre el problema del despertar es el texto escrito por Lacan para encabezar el programa de la representación que llevara a cabo Brigitte Jacques Wajeman de El despertar de la primavera, de Wedekind. Este texto es, a su vez, el único aporte clínico sustancial, por parte de Lacan, sobre la adolescencia. Constituye así una referencia ineludible en la materia. De modo sintético, lo que allí se plantea es la noción de la adolescencia como un momento de despertar, un despertar de la sexualidad que implica la salida del “sueño” de la infancia. Así leemos, entonces, la segunda oleada de la sexualidad desarrollada por Freud en La metamorfosis de la pubertad.

            Lo que llamamos adolescencia no es sino la instancia de encuentro con un real: un despertar de la sexualidad. Los arreglos que ofrece la cultura son siempre limitados. En última instancia, cada quien deberá encontrar soluciones singulares para arreglárselas con el cuerpo que tiene y con el goce que lo habita.

            Si nos orientamos por la idea de Lacan de que el síntoma – en el recorrido de una cura – se invierte en efectos de creación, debemos estudiar esa dimensión poética (en el sentido griego de poiesis: creación) mediante la cual un sujeto se inventa un modo de sostenerse en la existencia y en el lazo con los otros.

Clase 1: El sueño y el despertar.

Clase 2: La adolescencia en Freud. Segunda oleada de la sexualidad.

Clase 3: El falo. Lógica del ser y del tener. ¿Una concepción caduca?

Clase 4: El despertar de la primavera. La diosa blanca.

Bibliografía:

Lacan, J. (1964) El Seminario, Libro XI, los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Paidós, Buenos Aires, 2011.

Lacan, J. (1969-70) El Seminario, Libro XVII, El reverso del psicoanálisis, Paidós, Buenos Aires, 2012.

Freud, S. (1901-1905) Tres Ensayos de Teoría Sexual, Amorrortu, Tomo VII.

Freud, S. (1925) Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia sexual anatómica, Amorrortu, Tomo XIX.

Lacan, J. (1972-73) El Seminario, Libro XX, Aún, Paidós, Buenos Aires, 2012.

Lacan, J. (1974) El despertar de la primavera, Intervenciones y textos 2, Manantial, Buenos Aires, 2010.

Freud, S. (1907-8) El creador literario y el fantaseo, Amorrortu, Tomo IX.

Lacan, J. (1978-79), El Seminario, Libro XXV: Momento de concluir, Inédito.