El Psicoanálisis en el tiempo neoliberal
No puede concebirse el Psicoanálisis como dispositivo clínico si no es en un contexto socio histórico cultural determinado. El advenimiento de políticas neoliberales puja de modo continuo con el propósito de instaurar aquellos dispositivos y marcos teóricos coherentes con la lógica capitalista.
A su alrededor el sujeto encuentra mensajes que aluden permanentemente a la no existencia de lo irrealizable, es decir, a que no hay algo que quede fuera de su alcance. El discurso del amo sabe forjarse de los elementos necesarios –por ejemplo: la publicidad, la moda, los medios de comunicación, los smartphones- para perpetuarse, y lo consigue a través del sujeto/consumidor, quien en su accionar le confirma al amo su discurso.
¿Cuál es entonces nuestro desafío? Pensar al Psicoanálisis y al sujeto que demanda un análisis -cuyos efectos lo van a horadar- inmerso en una cultura que otorga valor al yo en tanto se encuentre robusto y fortalecido, y le brinda reconocimientos de toda índole en tanto ese yo sea funcional al discurso capitalista, cuya lógica tiene como soporte un conjunto de dinámicas que –además de alcanzar un elevado nivel de masividad- promueven la inmediatez de las cosas y de los resultados, desde la obtención de objetos de consumo, hasta la satisfacción o placer correspondientes. En cambio, la clínica psicoanalítica como abordaje para el sujeto que padece el malestar en la cultura requiere de un tiempo como elemento significativo, es decir, nuestra práctica ha sido concebida en términos de un proceso (Freud, 1930). A esto se suma otra cuestión de sustancial envergadura: bajo la ilusión de singularidad y de forma enmascarada, el actual discurso del capitalismo promueve una homogeneización de la subjetividad a través objetos de consumo capaces de obturar cualquier oportunidad de transformación del sujeto, eludiendo un encuentro posible con la angustia de la falta. A diferencia de esto, para el desarrollo de su ejercicio y para el enriquecimiento de su teoría; el Psicoanálisis se sirve de la noción de proceso, de la puesta en marcha de una continuidad, de la constante presencia de la posibilidad del error, de la equivocidad del sentido de los discursos y de la angustia del sujeto. Por eso el Psicoanálisis comprende un complejo y arduo trabajo de aceptación de la castración.
¿Cuál es la característica que marca la diferencia entre la lógica capitalista y el discurso neoliberal? La globalización ha sido acompañada por un masivo exceso de información constante. La fácil accesibilidad a este caudal de información logra una mutación permanente en el discurso capitalista. La multiplicidad de objetos que oferta el mercado acapara a un público cada vez más amplio, produciendo de esta manera una homogeneización del consumo. Aunque el objeto sea diferente, lo común a todos es que consumen algo; diferentes objetos, pero consumen. Así, el discurso neoliberal implica una mutación, una “vuelta más” a la lógica capitalista, y consiste en la invención de un sujeto explotado por sí mismo bajo la ilusión de una singularidad que lo constituye como empresario de sí mismo. (Han, 2014)
La época actual podría definirse como una sociedad de la aceleración, donde el sujeto se ve compelido a autoexplotarse con el propósito de alcanzar su hipotètico yo ideal meritocrático.
El sistema capitalista tradicional se hallaba enmarcado en una sociedad de carácter disciplinario; con prácticas dirigidas al control de los cuerpos y otorgando una predominante significatividad a la prohibición y la norma, y la negatividad. Por otra parte, el discurso neoliberal más bien apunta a controlar la psique y aumentar hasta el nivel máximo sus capacidades. (Han, 2014)
Una de sus herramientas principales es la red digital que funciona como una plataforma para el control de los deseos. Lo que antaño estaba prohibido, actualmente se encuentra sorprendentemente asequible. Es sencillo acceder a los objetos que colman al sujeto. Lo que se evidencia, es una significativa falta de un agente que emita el mensaje: “esto no se puede”. Por el contrario, tal y como lo enuncia una marca conocida, “impossible is nothing”, se ha convertido en el leitmotiv del espíritu de una nueva versión del capitalismo: el neoliberalismo. (Fernandez, 2013)
El urgente engrosamiento del yo es solidario del reemplazo de la palabra por la pastilla; de modo tal que nada se pierda. El autogobierno de los sujetos se encarga de interiorizar aquellas imposiciones que de antaño eran dirigidas desde el exterior. Entonces: ¿Qué lugar resta para la clínica Psicoanalítica en tanto las políticas de gobierno formadoras de subjetividad modelan sujetos funcionales a un sistema regido por la lógica del para todos? El Psicoanálisis es un dispositivo disonante con la generalización, más bien se inscribe en la ética del deseo singular.
La excepción como tal, difícilmente logra hallar su lugar en una sociedad de consumo; por el contrario intenta ser borrada ofreciendo objetos, gadgets que, como menciona Lacan en La tercera (2010), existen en pos de obturar aquella falta estructural. La negación de lo distinto produce sujetos culpables de no pertenecer a la norma; culpables de su singularidad.
La expectativa y el rendimiento son consignas interiorizadas por los sujetos que ya no requieren de un Otro exterior que sancione; por el contrario es el superyó mismo quien se ha hecho cargo de comandar a un yo expectante de resultados, que no se detiene hasta pertenecer, incluso a costa de padecer. El hacerse cargo de uno mismo y autocomandarse da cuenta del arribo de coachs, gurús, counselors y manuales de autoayuda que pretenden impulsar la autopotenciación y explotación de las capacidades, hasta lograr los resultados esperables que dicta la norma. (Han, 2014)
El advenimiento de las neurociencias y su intento de implementación en Hospitales como el Moyano y el Borda se corresponde con un intento de implementar un paradigma en la salud mental coherente con una política de rendimiento y superación personal. El Psicoanálisis entonces obstaculiza la instalación de esta concepción de la salud mental recibiendo frecuentemente el mote de “teoría superada” o incluso se la denomina contraindicada frente a ciertos cuadros patológicos.
Además, es de carácter insoslayable la importancia que posee el lobby generado por sectores como las neurociencias y terapias sustentadas en la prescripción de medicamentos; ya que el rédito económico generado por las mismas constituye un negocio de incalculables proporciones. Según Alemán (2016), no solo se fabrican empresarios de si, sino también deudores. Las pérdidas no asumidas por los gobiernos son transferidas a la población mediante un discurso similar en el mundo. Aquel discurso según el cual “Se ha participado de una fiesta” “Se ha dilapidado un dinero que no se poseía” por lo tanto ahora debe pagarse por ello; ha de comenzarse de modo austero. Este discurso de carácter superyoico, sanciona al sujeto imprimiendo en él responsabilidad, culpa, y la adjudicación de una deuda a pagar. El sujeto no debe desear nada mejor porque no lo merece. Este es el modo mediante el cual las políticas neoliberales intentan tomar el control de la subjetividad.
La evolución de los modos de apropiación de los sujetos en la actualidad apunta a instaurar en cada quien un superyó en extremo culpógeno; el cual mediante la coacción puja, instaurando un particular modo de habitar el mundo. Un “empuje al esfuerzo” caracteriza la época actual; soslayando las diferencias y posibilidades de cada sujeto; que pese a ello adviene singular.
Bibliografía
Aleman, J. (2016), Horizontes neoliberales en la Subjetividad, Buenos Aires: Grama.
Fernandez, A. (2013) “Sobre el discurso capitalista” en La porteña n°14. Revista de la sociedad porteña de Psicoanálisis. Buenos Aires, 2013.
Freud, S. (1930), El malestar en la Cultura, Obras Completas XXI. Buenos Aires: Amorrortu.
Han, Byung C. (2014), Psicopolítica, Buenos Aires: Herder.
Lacan, J.(1992), El reverso del psicoanálisis. Seminario 17, Buenos Aires: Paidós.
Lacan, J. (2010), Intervenciones y textos 2, Buenos Aires: Manantial.