Texto

La angustia no es sin objeto: una indicación clínica.

Autor: Adriana Pérez
Ante todo quisiera situar un par de frases de Lacan que comandan las reflexiones que quiero compartir en esta Jornada.
En el seminario 16 Lacan afirma que “La mancha se define justamente por ser lo que en un campo se distingue como el agujero, como una ausencia.” Luego señala “Los antiguos no podían dejar de ubicar la mancha como esencial y estructurante…La situaban como lugar de falta”.
Con esta frase retoma lo que ya había planteado en el Seminario 4, seminario llamado “Las relación de objeto”. Allí en una de sus primeras clases plantea que de lo que se trata no es del objeto sino, que de lo que se trata, es de la falta de objeto.
Axioma, tesis, que rige y articula las clases de ese seminario. Allí Lacan trabaja las tres operaciones conocidas como: frustración , castración y privación, señalando que son operaciones de la falta de objeto. Es decir que de lo que se trata no es del objeto sino de su falta.
Nuevamente entonces, recordemos la afirmación lacaniana sobre que los antiguos ubicaban la mancha como esencial y estructurante, lo que equivale a otorgarle el lugar de falta. Esto es que la falta tiene un lugar esencial y estructurante, al decir de Lacan. Decir que, claro está, intento hacer propio. Propio cuándo. Esencialmente cuando me encuentro convocada a ocupar el lugar del analista, pero,
probablemente no solo en esas particulares condiciones.
En el Seminario 7 describiendo Lacan, la posición del neurótico, plantea dos frases que a mi parecer se escuchan como muy contundentes no por eso menos verdaderas ni valiosas. Afirma “es más cómodo padecer la interdicción que exponerse a la castración”. De lo cual se deduce que “la castración está ahí en el horizonte y, obviamente, no se produce en ninguna parte” . 1
Sabemos que allí está tomando como referencia el texto freudiano “Inhibición, síntoma y angustia”, donde Freud articula el lugar del Complejo de castración, al plantear que frente a la amenaza de castración, el yo renuncia a una exigencia pulsional, se reprime la satisfacción que dicha exigencia conlleva y de allí se constituye el síntoma, que es conveniente, no olvidemos, es una satisfacción sustitutiva. Por tanto el complejo de castración, es la forma que toma en la psique la prohibición del incesto. Ahora bien una prohibición no es más ni menos que una interdicción. Pero como toda interdicción, como toda prohibición, no conlleva ninguna pérdida. Pues si algo se prohíbe, se inaugura en el horizonte, al menos, su posibilidad de existencia. No hay prohibición que formulemos, que no sea sustentada por el hecho de que lo que prohíbe es posible. Pues si algo no es posible para qué prohibirlo.
Tomemos por ejemplo el precepto bíblico “no matarás”, bueno tomemos uno más distendido, “no desearás la mujer de tu prójimo”, si eso está prohibido es porque se puede matar al prójimo y ni que hablar de desear la mujer del prójimo. Es decir que la castración que conlleva el complejo de castración es una castración siempre por venir… enunciada en un futuro potencial.
Bien, vamos entonces ahora a lo que el título de este trabajo sugiere. El título dice “la angustia no es sin objeto: una indicación clínica “. Si vamos escuchando este recorrido como un rebus, es decir poniendo cada frase y párrafo en su conexión con los otros, no ha de sorprenderles que no vaya a tomar de la tan conocida frase de Lacan: “la angustia no es sin objeto”, su relación a que la angustia es el único afecto
que no engaña dado que señala el objeto. Pues bien me encuentro en la obligación de decirles que no voy a decepcionarlos, espero, dado que no me ocuparé de la relación de la angustia con su objeto.
Lo que llama mi reflexión de esta frase es su formulación, más estrictamente el uso del “no sin”. Este, es equivalente a una doble negación y como sabemos por la lógica, una doble negación equivale a una afirmación.
De la doble negación se sirve Freud en la viñeta que trabaja en el texto de La Negación. Allí relata que un paciente en ocasión de una sesión le dice “No vaya usted a creer que es mi madre. Pues no lo es” Freud afirma entonces tajantemente “es su madre”.
Trabajemos la frase. La frase dice: “yo digo que usted dice que es mi madre pero no lo es”. Esto es lo mismo que decir “ yo digo que usted dice que es mi madre, pero digo no lo es”. Sabemos que “pero” es un adverbio que une oraciones cuyo significado se contraponen. Sustituyamos el pero conservando la contraposición. La frase se puede formular entonces de esta manera “ yo digo que usted dice que es mi
madre, no, digo no lo es” saquemos entonces la doble negación, y escuchemos a la letra, suspendiendo la comprensión, como nos lo enseña Lacan. Entonces la frase queda “ yo digo que usted dice que es mi madre, no digo no lo es”, es decir “ yo digo que usted dice que es mi madre, digo lo es”.
Volvamos ahora a la frase de este trabajo. Afirmar que la angustia no es sin objeto es equivalente a decir que la angustia es con objeto, más estrictamente que toda angustia es con objeto.
Mi pregunta es entonces ¿por qué Lacan la plantea bajo la forma de la doble
negación? Comparto con ustedes la respuesta que encontré.
En el Seminario 7, Seminario de la Ética del psicoanálisis, Lacan comienza a introducir e intentar cernir la noción del deseo del analista. Plantea a este deseo, deseo tan particular, como un deseo que no responde a la estructura del deseo como deseo del Otro. Cuando formula el grafo plantea que el deseo del hombre es el deseo del Otro: se desea en tanto Otro y al Otro. Sin embargo el deseo del analista no se encuentra en esta lógica, sino más bien, en la lógica que comienza a plantear en el Seminario 7 cuando dice que el analista tiene que tener un deseo advertido.
Podríamos preguntarnos advertido de qué. De qué sería deseable que el analista se encuentre advertido. La respuesta que encontré es: que se encuentre advertido de la castración.
Esto implica que la posición del analista es una posición que se encuentra atravesada por la castración; e implica una ética: la ética del psicoanálisis. Ética del psicoanálisis que posteriormente Lacan formulará como la ética del “bien decir”, en oposición al “maldecir”. Sabemos que, quien siempre maldice, es esa instancia que empuja al hablante a gozar… el superyó.
Bien retomando entonces, si la posición del analista se encuentra sujeta a una ética, es deseable entonces que la posición del analista pudiese traducirse en las intervenciones que este realiza. Es decir, que la intervención en su formulación pudiese incluir una marca de la castración; estar clivada por ella.
Pienso entonces que la utilización de Lacan del “no sin” apunta a hacer tallar la castración en el decir del analista. Pongamos entonces esta conjetura a prueba.
En el Seminario 10 Lacan plantea que “la angustia no es sin objeto”. Tomemos esta frase como una proposición categórica. Proposición categórica que podría formularse de distintas maneras, veamos las distintas maneras.
“Toda angustia no es sin objeto”
“Ninguna angustia es sin objeto”
“Toda angustia es con objeto”
Entonces, afirmar “Toda angustia no es sin objeto” es equivalente a afirmar “Ninguna angustia es sin objeto” lo que es equivalente a afirmar que “Toda angustia es con objeto”. Estas proposiciones en términos lógicos son equivalentes. Por lo tanto “La angustia no es sin objeto” ¿es lo mismo que
decir “la angustia es con objeto”? En términos lógicos sí. Pero entonces ¿por qué Lacan utiliza la formulación que incluye el “no sin”? ¿Por qué incluye en la formulación la doble negación? ¿Por una mera cuestión retórica?
Pienso que no. Si bien ambas formulaciones en términos lógicos son equivalentes, no lo son en términos del psicoanálisis. Esta formulación implica en su enunciación producir la negación de la cópula, del verbo. Hay una negación que afecta al verbo ser.
Por lo tanto en la primera parte de la frase, esta queda como “la angustia no es”. Se niega el ser. Esta formulación produce un primer movimiento entonces, que es el vaciamiento del ser. He aquí una forma de hacer jugar la castración, introduciendo la falta en ser.
Pero hay otro movimiento más: encontramos una doble negación, forma que puede tomar una afirmación. Como hemos visto. Nuevamente, ¿qué beneficio traería la utilización de la doble negación? He aquí mi respuesta: el efecto que produce la doble negación es la afirmación de la no existencia de un universo de discurso porque es una formulación que incluye el vacío, en su formulación misma. Es decir es la forma de hacer jugar en el decir, en acto, que no hay universo de discurso.
Si decimos que no hay angustia que no sea sin objeto, decimos que toda angustia es con objeto pero también decimos que está admitida la posibilidad de la inexistencia de la angustia, de que no haya angustia. Se juega en esa misma formulación un vacío, una ausencia, la mancha… que señala el lugar de la falta, y allí entonces, talla, se hace escuchar, la castración.
Para concluir…
Esta formulación que Lacan utiliza en el seminario 10, es entonces ¿una mera formulación retórica? No, sino que he aquí un decir clivado por la castración, donde tenemos la chance los analistas, de poner en acto una posición advertida de la castración y entonces que ese momento sea ocasión de transmisión. He aquí la indicación clínica, la de que, un momento del encuentro con un analista sea la ocasión, para mí propicia, de transmisión, transmisión siempre de la falta, falta, que siempre cuenta como chance de
ser, condición posibilidad.
Bibliografía

  1. Lacan, Jacques: Seminario 7 “La ética del Psicoanálisis”: Clase XXIII “Las metas morales del psicoanálisis” El Paidós. pp. 365/367
  • Freud, Sigmund: “Psicopatología de la vida cotidiana“ Tomo VI Ed.
    Amorrortu
  • Freud, Sigmund: “La Negación “ Tomo XIX Ed. Amorrortu
  • Freud, Sigmund: “Inhibición, síntoma y angustia“ Tomo XX Ed. Amorrortu
  • Lacan, Jacques: Seminario 7 “La ética del Psicoanálisis” Ed. Paidós .
  • Lacan, Jacques: Seminario 10 “La angustia” Ed. Paidós .
  • Lacan, Jacques: Seminario 16 “De un Otro al otro” Ed. Paidós

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